“Pero tú ni siquiera cantas…”
Alejandro Sanz alborotó al mundo de la farándula con esas declaraciones al referirse al cantante de reggaetón J. Balvin durante un capítulo del Reality Show “La Voz… México”. Obviamente este tipo de polémicas entre celebridades se fomentan para aumentar el Rating, pero hay que decirlo, el cantante de “Corazón Partío” no escatimó esfuerzos para arremeter contra el cantante colombiano.
Todos lo vimos y todos nos enteramos. Y cuando alguien con la trayectoria, el talento, la experiencia y el reconocimiento que tiene Alejandro Sanz te dice algo como eso, deberías reflexionar sobre qué estás haciendo. Fueron tres cosas las que Sanz soltó en menos de un minuto: “Tú ni siquiera cantas”, “No debes tener quién cante por ti”, y “tremenda poesía… tremenda poesía”, remató refiriéndose a las letras del reggaetonero.
No se trata de escoger bandos. Ni de si nos gusta la música de uno u otro artista. El morbo y la polémica alimentan diariamente el entretenimiento en el mundo. Quizá este escándalo haya tomado revuelo porque las palabras de Sanz no carecían de verdad. Cuando letras como “Siempre es de Noche” te cuentan la historia de un ciego que está enamorado (cosa que me impactó al estudiarla detenidamente) o “Tu letra podré acariciar” que es una canción de agradecimiento al apoyo de sus fans, aunque la entreteje de manera tal que parece una canción de amor más, notas que el compositor se esfuerza bastante en confeccionar música de primer nivel. No hace música por salir del paso o por la necesidad de estar a la moda en un mundo cambiante.
Y lo que nos enseña es que hasta para generar polémica hay que tener clase. Esto lo podemos relacionar con la famosa suma equivocada de la chica de “Combate” y otras polémicas más recientes en los medios nacionales. Es cierto, una polémica siempre va a atraer la atención de las personas. Y algunos aún piensan que “Cualquier publicidad es buena publicidad”, cosa que ya se ha desmentido con ejemplos concretos.
La idea de esta entrada es reflexionar sobre cómo se maneja el discurso de los medios, cómo la audiencia reacciona ante estos escándalos y cómo algunos pueden salir ilesos de un desgaste mediático debido a su carisma, a su forma de manejar el discurso y a la reputación que les antecede.
J. Balvin seguramente pensó mucho en las palabras de Sanz luego del programa.
Aprendamos la lección, recordemos que no cualquier publicidad es buena publicidad.
Un abrazo en la distancia,
La Joze
Comentarios recientes