Nuestro lenguaje interno
Con el paso de los años nos damos cuenta de lo importante que es la actitud con la que tomamos las cosas. Sin embargo, pocas veces somos conscientes de que el lenguaje interno, la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos, tiene un gran impacto en nuestra vida.
A veces, creernos o no capaces de alcanzar alguna meta, está muy relacionado con nuestro lenguaje interno. Esas conversaciones íntimas que tenemos con nosotros en las que intercambiamos ideas sobre lo que somos o creemos deberíamos ser. Esos momentos en los que tratamos de definir si vale la pena el riesgo o si mejor deberíamos retroceder.
Es interesante cómo llegamos a ser tan críticos con nosotros. Y claro que esto no siempre es algo malo, es sólo que en ocasiones, quizá por miedo a fracasar o a no llenar nuestras propias expectativas, estas pláticas se vuelven más intensas de lo necesario. Ser exigentes con lo que hacemos no se tiene que volver una especie de autosabotaje que haga que al final no hagamos nada.
Considero que, como en todo, el balance debe existir. Ser capaces de evaluar nuestras fortalezas y debilidades antes de decidir o no perseguir una nueva meta. Evitar ser tan duros y aceptar que tal vez solo debemos ajustar las velas y navegar hacia otra dirección.
Aprovechemos esos momentos en los que estamos solos. El camino hacia el trabajo, las mañanas mientras nos arreglamos o la interminable espera en la fila del banco para escucharnos y poder evaluar la calidad de nuestro diálogo. Además, será una buena forma de conocernos más y de seguir mejorando. Seguro te sorprenderás.
Un abrazo en la distancia,
La Joze
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